Haciéndonos fuertes (I)

Decisiones. Quién no ha tomado a lo largo de su vida alguna decisión precipitada y que desde un principio tendría daños colaterales? Muchísimas veces, muy a menudo, tomamos decisiones que sabemos que harán felices (al menos eso es lo que queremos) a pesar de que precisamente nosotros mismos, los que tomamos esa decisión somos los que peor parados salimos.
En un principio todo va como la seda, conseguimos hacer felices a los demás, y mientras ellos lo son, nuestra inconformidad nos da igual, nuestro malestar o incluso tristeza por esa decisión aparentemente nos da igual.
En un segundo momento, nos empezamos a dar cuenta de que las contra indicaciones de nuestra decisión empiezan a germinar poco a poco en nuestro día a día.



Y finalmente, esos efectos adversos nos explotan en las narices, derrumbando todo lo que hemos construido y dejándonos sin fuerzas algunas.